"Los Amos del Mundo"
-La Magia Negra detrás del Nuevo Orden Mundial-
"En quienes el dios de este mundo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el que es la imagen de Dios."
(2 de Corintios 4:4)
Los nueve arcontes que gobiernan el Mundo en las relaciones humanas:
1.- Ignorancia; 2.- Miedo; 3.- Egoísmo; 4.- Envidia; 5.- Avaricia; 6.- Odio; 7.- Calumnia; 8.- Acoso; 9.- Homicidio;
El Cristianismo de los padres de la Iglesia inventó el infierno, basado en el Inframundo griego (Hades y Tártaro), con el fin de desviar la atención de los feligreses en que, si existe algún Infierno; es decir, un lugar real de sufrimiento verdadero, es éste Mundo.
Del mismo modo que existen unos arcontes que gobiernan el Cosmos, el Tiempo y las diferentes fuerzas que mantienen al Universo fuera de un estado caótico, existen otras muchas jerarquías como son las entidades elementales de la Naturaleza o los ya enumerados "Amos del Mundo"
Que éste Mundo no es el Paraíso es evidente, que jamás lo será, bajo las condiciones actuales, también debería de serlo; dicho de otro modo, si existen un Paraíso o un Cielo, desde luego, por aquí no se encuentran.
Mientras los nueve amos del Mundo sigan en sus tronos, éste Mundo seguirá siendo el Caos que és y estará condenado a su final entrópico como si de una maldición, inevitable, se tratara. Una higuera nunca podrá ofrecernos fresas o un peral tomates. Así el Mundo es como és, desde el comienzo de la Creación, y sus frutos no pueden ser otros que los que son.
No obstante, el Ser Humano en tanto que posee en su interior una semilla de Luz Divina, su Espíritu Eterno e Inmortal, está llamado a ser un faro en medio de las tinieblas; pero ese faro, primero hay que encenderlo, provocar que esa Chispa de Espíritu prenda y se muestre en toda su magnificencia.
Solo esa Luz Espiritual puede desintegrar al primero y más poderoso de los "Amos de Mundo", la Ignorancia. Una vez que la Ignorancia sea erradicada, el resto de los arcontes desaparecen con ella porque si somos un poco espabilados, nos daremos cuenta que todo ellos proceden de ella; es decir:
La Ignorancia, el Primero de los arcontes, existe por la falta de la Luz Espiritual; dicho de otro modo, se nutre con las tinieblas que nublan el Alma, con la falta de Conocimiento, con el engaño y las mentiras.
Esa Ignorancia provoca en la Personalidad una incertidumbre tremenda que infunde temor en ella. Miedo, por no saber por qué existe, cual es su función y propósito; en suma, que carajo es. Tiene miedo a desaparecer del mismo modo que apareció y así dejar de existir; pero ese miedo no es tan solo existencial sino vital y que insta hacia su natural supervivencia.
El Instinto de Supervivencia, producto del Miedo, engendra al Egoísmo, lo que hace que la Personalidad intente acaparar recursos de todo tipo y condición con el fin de sobrevivir, no pasar hambre y eso impide que pueda sentir empatía por los demás; en tanto que, todos sus recursos están enfocados en si misma.
La Personalidad, revestida de su natural egoísmo, observa a su alrededor y comprueba como otros posee cosas y atributos que ella considera que necesita y que, por ello, debería de poseer. Así, su corazón, en lugar de abrirse para que su faro interior pueda encenderse es que anida la Envidia. Envidia por poseer lo que otros tienen y ella no.
La Envidia convierte a la Personalidad en una Entidad avariciosa y ansiosa de poseer cosas sin límite. Todo su afán se dirige a tomar todo lo que pueda como sea y sin importar cual pudiera ser su costo, ya sea gratis mediante hipócritas zalamerías, comprado con dinero o sustraído, literalmente, robado.
Cuando esa Envidia crece hasta su máximo nivel y si no es complacida en su deseo de posesión, entra en juego el Odio hacia la Persona envidiada. Un Odio que si la Personalidad tuviese capacidad de discernimiento comprobaría que no posee fundamento alguno. Odia; pero ya olvidó el origen que propició ese Odio; pero su Odio se acrecienta cada vez más sin motivo aparente.
Todo lo anterior desemboca en un ataque progresivo, en gravedad, hacia la Persona o personas odiadas. En primer lugar, de forma ladina, se usa la Calumnia para desacreditar a nuestro Enemigo jurado e intentar, así, desposeerlo, de aquello que nosotros envidiamos.
La Calumnia, cuando no surte el efecto deseado, se transforma en un Acoso más directo que puede llegar hasta lo físico. En el Acoso podemos incluir tanto los ataques emocionales como las amenazas verbales y las palizas o crueles torturas.
El Homicidio, el asesinato, ya sea de propia mano o mediante terceros pagados, sicarios, sería la escalada final del Camino al que nos habrá conducido la inicial Ignorancia. Con el Homicidio se cierra un círculo que, con seguridad, de continuar podría convertirse en una espiral que solo podría acabar con la propia muerte de la Personalidad.
Esa dinámica de maldad y violencia, propiciada por los Amos del Mundo, puede interrumpirse rompiendo uno cualquiera de sus eslabones y alimentando a la Personalidad con Conocimiento filosófico. Un Conocimiento que, de ser asimilado, irá haciendo desaparecer, en algún grado, su nivel de ignorancia, lo que impedirá que el miedo y el resto de su progenie prosperen.
Bien, esa labor de proveer conocimiento espiritual que pueda invalidar el crecimiento del miedo y que pudiera desembocar en el homicidio, la cumplen muchos colegios, aulas y escuelas. También nuestro "Colegio Invisible de la Rosacruz"
Por favor, no te quedes con ninguna duda ¡Pregunta aquello que crees que ignoras! No ocultes tu ignorancia y descúbrela para que puedas culminarla con el Conocimiento que una Escuela de Filosofía, legítima, te proporcione. En modo alguno queremos decir que todo ignorante termine convirtiéndose en un asesino; es decir, puede quedarse en algunos de los estadios intermedios sin escalar hasta la máxima ignominia; pero es tontería seguir sufriendo por ignorar la Verdad.
Una Verdad tan simple cómo que todos conformamos una Unidad, un Todo indisoluble. La Empatía es algo natural que nada nos quita sino todo lo contrario, dado que nos aporta satisfación por realizar siempre lo correcto. Dar al que no tiene es darnos a nosotros mismos, en tanto que no existe diferencia entre tú y el otro. Ambos sois una misma cosa y dar sin esperar nada a cambio es lo correcto porque no todas las células del cuerpo poseen el mismo nivel de consciencia. Da y no esperes recibir algo a cambio. Felicitate por haber dado y, así, destronado a los Amos del Mundo de tu Vida. Sí, porque ese es el primer paso para que, por inducción, todas las personalidades hagan lo mismo y, entre todos, convirtamos éste Infierno que es el Mundo, en un lugar mejor donde vivir; pero ojo, no pierdas el objetivo posible. Éste Lugar, por mucho que nos esforcemos todos, jamás llegará a ser el Paraíso.
Aralba R+C