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jueves, 6 de octubre de 2022

Lección 132, Octavo Grado, Tercera Orden

 "El Misterio de los Cuatro Elementos"


-Y ¿Donde queda el Éter o Quinto Elemento?-


Tanto la literatura como los cómics y el cine de fantasía están plagados de referencias acerca de la pruebas que deben de pasar, los postulantes a la Iniciación, con los cuatro elementos; a saber, Tierra, Agua, Aire y Fuego.


Lo cierto del caso es que, a pesar de tratarse de un asunto reiterado y muy manido, siempre dejan todas las preguntas sin responder y se pierden en asuntos fantásticos, de espada y brujería, que nada tienen que ver con la realidad de su simple significado.


Todo postulante a una Orden o Fraternidad Iniciática ritualística, como preámbulo a su aceptación como Iniciado, es el caso de la propia Masonería y de las escuelas rosicrucianas, debe de pasar por un acto ritual donde al postulante se le enfrenta, de forma consecutiva, con una serie de pruebas, relacionadas con los cuatro elementos, y que deberá, éste, superar si quiere ser aceptado en la Organización; pero, la pregunta del millón ¿Qué significado escondido poseen tales pruebas alegóricas?


Al parecer son muy pocos quienes conocen el simple secreto de su significado; y si lo conocen, que lo dudo, no lo cuentan ni son capaces de dar una respuesta sencilla, lógica y coherente; pero para contestar a éste misterio, que no lo es, me debéis permitir que realice una pequeña introducción.


Toda Escuela, ya sea profana, esotérica o de sabiduría, está constituida en grados y asignaturas. Grados y Asignaturas que no son otra cosa que escalafones graduales de Conocimiento; en unos casos, éste, más general y en otros más específico.


Ya nos habéis escuchado decir que el Mundo es una Escuela Iniciática. Bueno, en parte es así; pero debemos de matizar que, más que una Escuela, en sí misma, es un Grado Iniciático con múltiples asignaturas relacionadas con su constitución; es decir, simplificando mucho, podemos decir que esas asignaturas, de un modo u otro, están relacionadas según la Sabiduría Antigua, con sus componentes básicos; es decir, la Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego.


Por otro lado, continuando con nuestra introducción, generalmente para subir de grado dentro de cualquier escuela que se precie, es necesario aprobar una serie de exámenes que acrediten que el Postulante posee los conocimientos suficientes y necesarios para poder acometer, satisfactoriamente, el siguiente Grado superior.


Pues bien, retornando al caso que nos ocupa, ese Grado superior que hablamos es el Éter, el Quinto Elemento que, en general, no se toca en los rituales de iniciación para principiantes. El Éter, como ya debéis de estar familiarizados, tiene mucho que ver, a nivel científico, con el conocido Campo de Higgs o Vacío Cuántico. Místicamente hablando, ese Mundo etéreo e invisible no es otra cosa que la Esfera Reflectora de nuestro Mundo, la Región de Agartha donde se encuentra la Ciudad Celeste de Shambala. Tradicionalmente, Sede de la Gran Logia Blanca; que no es otra cosa que la Orden Interna, Secreta e Invisible de la Rosacruz.


Cuando al Postulante se lo presenta, ceremonialmente, ante las pruebas de los cuatro elementos, simbólicamente, está realizando ese examen del que veníamos hablando, en tanto que la Vida en la Tierra es un Grado Iniciático, en un proceso mucho más complejo y prolongado, en el que entran otros mundos, que se encuentran en éste; pero que son invisibles a nuestros sentidos; es decir, se trata de corroborar que el Postulante ha adquirido, en la Tierra, los conocimientos y experiencia necesarios como para estar preparado y dar el salto a un Grado que se encuentra en un nivel superior de complejidad.


Sería una temeridad aceptar a un Postulante que no se encontrase preparado para asumir unos estudios místicos que, en principio, poco o nada tienen que ver con los de éste Plano de existencia y que se representa mediante los Cuatro Elementos.


Si se aceptará a alguien, que no estuviera bien versado en los misterios de la vida y de la materia, a unos estudios y trabajos místicos, es más que probable que el nuevo Iniciado levantara los pies del suelo, perdiendo la perspectiva de la nueva Realidad en la que se ha introducido. Y eso podría llevar, como poco, a trastornos mentales y de conducta. Dado éste caso, solo cabría retroceder en lo adelantado e impregnarse bien de la Vida en la Naturaleza; porque de proseguir, el nuevo Conocimiento recibido sería imperfecto y, muy probablemente, dañino para el nuevo Iniciado, de haberse producido, lógicamente, la Iniciación.


Para finalizar, mencionar que casi el cien por cien de los problemas que existen dentro de las escuelas iniciáticas se debe a lo que hemos mencionado más arriba. Esto se debe al trabajo rutinario de los rituales y el haber perdido el verdadero conocimiento de lo que significa pasar por las pruebas de los Cuatro Elementos. La cuestión está en que aquellos que no han completado sus estudios anteriores, tienden a retomarlos en el nuevo grado interfiriendo con su propia formación y con la de sus allegados, convirtiendo la Escuela más en un Campo de Batalla que en un Lugar de estudio y reflexión.


Se debería, solo es mi criterio personal, ser más rigurosos a la hora de ver la reacción de los postulantes, por parte de los iniciadores, ante cada una de las pruebas de los cuatro elementos, porque esa reacción nos dirá claramente si el postulante ha aprendido, del Mundo, todo lo que debía de aprender y si se encuentra o no preparado para dar el salto al Grado del Misticismo, donde se debería de mostrar la Luz y la Verdad espiritual a alguien que ya estuviera versado en los misterios de la vida y de la muerte; es decir, de éste Plano de Existencia. 


Aralba R+C