domingo, 10 de abril de 2022

Lección 72, Octavo Grado, Tercera Orden

 "Profeta: ¿Adivino o Predicador?"


-¡La verdadera Esencia del Espíritu de Profecía!-


"Profeta (profitis) es una palabra griega que significa "Intérprete o Portavoz de algo o de alguien*. Navi, por otro lado, en Hebreo, significa "Inspirado" por éxtasis divino"


Nuestra RAE, sin embargo, nos proporciona, en su Diccionario de la Lengua Española, la acepción más utilizada y no por ello la más correcta: "Persona que posee el don de predecir hechos futuros"


"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."

(2 de Timoteo 3:16-17)


Para cualquiera que haya leído, someramente, cualquier Libro de la Biblia le tiene que quedar claro que, tanto adivinanzas como conjuros y hechicerías se encuentran manifiestamente condenadas y, ojo esto es muy importante, equiparados a la "Mentira";  es decir, no se condenan porque esas prácticas supersticiosas sean efectivas y diabólicas sino porque son falsas y un medio para engañar, aprovechándose de la ingenuidad e ignorancia de la Gente. Esto equivoca el Camino de las personas y hace que se extravíen.


Dicho lo cual, resulta paradójico equiparar la Profecía, más bien el Espíritu de Profecía, con las prácticas condenables de los adivinos. Las Profecías, que no son otra cosa que Palabra inspirada por Cristo, Cristo es el Espíritu de Profecía, lo dice el Nuevo Testamento; es decir, el Ser Interno, estas, no son escritas o pronunciadas para que se tomen a modo de adivinaciones: "Esto ocurrirá de tal manera, en éste lugar, de éste modo y en determinado momento".


De forma repetida se nos dice que "ni el día ni la hora de los acontecimientos futuros, nadie lo sabe", ni el propio Jesús que era quien pronunciaba dichas sentencias inspirado por su Cristo interior, "sino solo mi Padre que se encuentra en el Cielo"; por lo tanto, nosotros nos preguntamos 


¿Qué sentido espiritual pudiera poseer el obsesionarnos con intentar sacar información de los diferentes versículos de la Biblia respecto al futuro?. Nosotros, sinceramente, no lo sabemos; pero nos resulta extraño que, teológicamente, se condenen las prácticas adivinatorias, ya condenadas en las Sagradas escrituras, y por otro lado se defienda el adivinar el futuro usando las propias sagradas escrituras.


Esto, claro, sucede porque se nos ha enseñado, de un modo erróneo, lo que significa "Espíritu de Profecía". El Espíritu de Profecía, en diferentes pasajes del Nuevo Testamento, se equipara con Cristo; es decir que el mismo Cristo sería el propio Espíritu de Profecía y tiene sentido en tanto que la Intuición y la voz interior, de Cristo, que nos habla es Palabra de Dios que, al hacerse visible en éste Plano de existencia, debido a la necesaria refracción podemos considerar más que Palabra de Dios, Palabra Inspirada por Dios, debido a esa indeseada refracción de la que hablamos y que puede tergiversar el verdadero significado de la Palabra de Dios.


No, un Profeta, a pesar de habernos mentido durante cientos o miles de años, no es un predictor del futuro, sino alguien que expone, públicamente, la Palabra Inspirada por Dios. Es lo que, en verdad, hacían los antiguos profetas bíblicos y es lo que realizan los actuales predicadores de la Palabra de Dios. Un Profeta no va diciendo por ahí que si sales mañana a la calle te caerá un tiesto en la cabeza. Eso lo hacen los adivinos y contarnos que las cosas que acontecen, hoy, son sucesos predichos en los libros de la Biblia, es la misma cosa "adivinación"; pero esto no puede ser, es imposible, en tanto que la Palabra de Dios condena la adivinación.


Predicar que la Hechicería, los conjuros y la Adivinación, en cualquiera de sus formas, es Esoterismo, no solo es una necedad sino una mentira como la copa de un pino. Así, esos certámenes donde se congregan pitonisas, echadoras de cartas, astrólogos y brujos para sacar unos cuartos adivinando el futuro, eso, no es Esoterismo y quienes busquen estás vías, tanto como las de los conjuros y hechizos no se encuentran en el verdadero Camino del Conocimiento Esotérico, la Gnósis, sino en el de la Mentira, el Engaño.


El Espíritu de Profecía, Christos, significa acallar nuestra Mente y esperar que éste nos hable con el fin de hacer aquello que se encuentre en concordancia con nuestro Ser Interno y no con los intereses del Mundo. Esa voz que nos habla, inspirada por Dios como no podría ser de otro modo, es el verdadero Espíritu de Profecía. 


Así Jonás fue enviado a Ninivé, no para decir a ese Pueblo que iban a pasar o no pasar determinadas cosas sino para amonestar al Pueblo para que cumplieran con la Ley de Dios y que, de no hacerlo, tendrían que sufrir su Ira Divina. Más que una adivinación era una advertencia y eso, mis queridos amigos, es el Espíritu de Profecía, no ir adivinando o prediciendo lo que acontecerá en el futuro.


Que no te engañen. No hubo un tiempo pasado para los profetas y otro actual para los predicadores. Los profetas de entonces eran los predicadores de hoy en día y nuestros actuales predicadores eran conocidos en aquella lejana época como profetas.


Y así, mis queridos fratres y sorores, es como debemos de entender la Palabra Profeta y el término Profecía, porque el Espíritu de Profecía no es otra cosa que la voz de Cristo hablándonos, a nosotros, desde el Corazón. Seguir sus criterios es obedecer al Espíritu Santo que mora en nosotros y, por lo tanto, a Dios.


Aralba R+C