jueves, 28 de abril de 2022

Lección 78, Octavo Grado, Tercera Orden

 "La "Iglesia" nunca tuvo la razón de su lado"


-Cuando la Agnosis y el Escepticismo conducen a la Gnósis y no al Ateísmo-


Baste tomar el catecismo de cualquier denominación Cristiana para comprobar que sus creencias están muy lejos de la Razón Humana. Bien, esto es tomado, por los ateos, como el mejor argumento para atacar a todo el Cristianismo.


Hemos entrecomillado el término "Iglesia" con el fin de diferenciar aquello que todo el mundo conoce por Iglesia; es decir, una denominación religiosa, del verdadero significado que Jesús le daba como el Corpus Christi o Cuerpo de Cristo. La Iglesia, en su contexto más auténtico, como Cuerpo de Cristo es toda la Comunidaud de Cristianos, en tanto que cada Cristiano, al poseer a Cristo en su interior, es una parte sustancial del Cuerpo de Cristo; es decir, de su Iglesia.


Una vez explicado que, éste título, aquí, significa una Institución Religiosa y su Catecismo con sus creencias, normas y reglas, pasamos a revisar el por qué la Razón nunca ha sido uno de sus pilares necesarios para sustentar sus afirmaciones teológicas. Respecto al Término Razón, nos referimos a algo muy natural y de sentido común, a una Ciencia no muy elaborada y de fácil comprensión. 


Por ejemplo, todo el mundo es capaz de entender que si lanzamos hacia arriba una piedra, de forma perpendicular al plano terrestre o si golpeamos, con ella, en un determinado ángulo una pared de granito, lo más probable es que nos regrese y golpee si no nos retiramos del lugar de lanzamiento. Esa es una forma simple y razonada de explicar el funcionamiento de la Ley de Causa/Efecto.


Ésta "Razón" así hemos decido llamarla, no se respeta en el contenido de los catecismos de la mayoría de las iglesias, tal y como hemos venido a denominar las congregaciones religiosas, en tanto que estos están plagados de contenido irracional y no sujeto a las leyes del Sentido Común; sino, más bien, basado en mitos leyendas y fantasías varias que son imposibles en un Mundo legislado como es en el que estamos viviendo.


La mayoría de lo que nos cuenta, la Iglesia, como relatos verdaderos solo son alegorías, metáforas y parábolas para que los lectores u oyentes comprendan su profundo significado espiritual, no para que sus palabras sean tomadas al pie de la letra como algo que ocurrió, verdaderamente, de forma histórica y, nos da lo mismo que sea lectura del Antiguo o del Nuevo Testamento.


Así, es tan improbable que Eva surgiera de una costilla de Adán como que el propio Adán fuera formado de arcilla y modelado, literalmente, por las manos de Dios. Del mismo modo no es posible que Moisés o los sacerdotes de los faraones convirtiesen sus báculos en serpientes, salvo que se tratase de actos de puro ilusionismo. 


Las plagas de Egipto, el cruce del Mar Muerto así como la lluvia de maná en el desierto son milagros que serían imposible en un entorno tan legislado y controlado como es nuestro Mundo. En el Nuevo Testamento también existe una buena colección de actos mágicos y milagrosos que se dan de frente con la razón, como el nacimiento virginal de Jesús, algunos milagros cómo convertir el agua en vino que, más parece un acto de transmutación mediante vino desecado en polvo mezclado con el agua o el andar sobre las aguas sin utilizar algún tipo de truco; ya no digamos del tema de la resurrección del cuerpo de Jesús tras su fallecimiento en la Cruz.


La propia Iglesia, suma a todos esos milagros improbables su propia colección de mitos como la permanencia de la virginidad de María tras el parto o la transustanciación del pan y del vino en la carne y la sangre de Jesús. La intersección de María o de los Santos ante Dios, o el cargarse de un plumazo a la familia de Jesús, sus hermanos y hermanas, con el fin de salvaguardar, mediante malabares interpretativos, la supuesta naturaleza divina de María, la madre de Jesús.


No viene a cuento que me vengan ahora con que el Mundo es una Matriz Holográfica y que, por lo tanto, es virtual y solo una Ilusión. No se apuren, soy el primero en compartir esa visión; pero eso no quita para saber que esa estructura, vamos a llamarla así, está sujeta a una serie de normas y reglas muy estrictas y que conocemos como leyes de la Ciencia o más bien de la Naturaleza. Son leyes inamovibles, en tanto que son férreas y no se pueden romper a capricho de nadie, incluso de Dios, el Creador. Aquí no estamos hablando de Teología fantasiosa sino de Razón y Sentido Común. 


Si alguna vez aquellos "milagros", ruptura de las leyes establecidas, existieron, no tiene sentido alguno que hoy en día no sigan produciéndose, salvo que esos, supuestos, milagros sean otra cosa; es decir, mera Literatura con la que se nos intenta explicar, de forma encriptada, conceptos espirituales que no pertenecen a éste Mundo perfectamente reglado por la Ley General de Causa/Efecto.


Ser creyentes en el contenido extrínseco de los milagros es regirse por el anarquismo anacrónico de la fantasía más que por la razón. Los ateos se aferran a esas falaces creencias de muchos de los que se llaman cristianos, con el fin de demostrar que Dios no existe, que todo es un bulo y un montaje. En parte, tenemos que darle la razón a aquellos que se autodenominan como ateos, en tanto que tomar esas fábulas y analogías como hechos reales; es decir, históricos y que en verdad sucedieron, es de ser, como poco, ingenuos y bastante crédulos; pero éstos, los ateos, se encuentran tan equivocados como los propios creyentes en tanto que solo son capaces de observar la mera apariencia del Problema. Los creyentes simplemente lo aceptan como una verdad inmutable aunque vaya en contra de la razón y los ateos lo juzgan desde una óptica de monóculo y sin profundizar en su profundo y encriptado significado. Ambos nadan en la superficie del mito sin realizar una profunda inmersión en su más profundo significado; es decir, bucear en las entrañas de esas analogías, parábolas y metáforas y que es un error, tanto tomarlas al pie de la letra como juzgar su incorrecta interpretación.


Así una Mente razonable, agnóstica y escéptica es absolutamente necesaria para descubrir el auténtico Conocimiento, la Gnósis, que esconden los textos sagrados de todas las religiones, también de las iglesias cristianas. Así, de un plumazo quedan deslegitimados tanto los dogmas teológicos como los criterios utilizados por los ateos para deslegitimizarlos. 


Miren, es tan simple de entender como si yo les afirmase que los elefantes vuelan y alguien intentara desmontar mi afirmación con una larga perorata que demostrara que los elefantes no pueden volar. ¿No son capaces de ver qué tan estúpida es mi afirmación de que los elefantes pueden volar como la de aquel que intenta demostrar que mi afirmación se encuentra equivocada? Una simple risa y la afirmación de que los elefantes no vuelan habría bastado, en tanto que todo el mundo sabe que aquí, en la Tierra, los elefantes no vuelan porque las leyes de la Naturaleza lo impiden y, muy importante, estas leyes son inquebrantables y aún no ha nacido aquel que demuestre que ésto que decimos no es una certeza.


Los rosacruces y estudiantes rosacruces, en tanto que gnósticos, aún siendo cristianos no podemos ir en contra de las leyes de la Razón y del Sentido común que imperan en nuestro Mundo. 


¿Que existen otras normas y leyes en otros mundos? De eso no hay duda alguna; pero no rigen en éste y no, Dios no es un Ser caprichoso que cambia las reglas a su conveniencia y cuando le parece. Quizá, lo que nosotros debemos de hacer es, ajustándonos a la razón, entender el sentido encriptado y alegórico de la literatura religiosa con el fin de realizar una verdadera lectura intrínseca y de carácter espiritual.


Aralba R+C