domingo, 16 de octubre de 2022

Lección 137, Octavo Grado, Tercera Orden

 "Meditación Grado de Práctico"


-Consciencia, Voluntad, Perfeccionamiento, Diligencia-


Edad, 7 años; Dios, Hefesto


https://kaosquanticolafotografia.blogspot.com/2022/10/leccion-126-octavo-grado-tercera-orden.html?m=0


Desde el minuto cero del día primero, el Dios Hefestos me puso a trabajar en la fragua pues decía que mis cinco años de estudio teórico habían sido más que suficientes para que me pusiera a trabajar desde el primer minuto siguiendo los planos de los grandes maestros. Lo cierto es que, desde que comencé, muchos trabajos tuve que destruirlos por imperfectos y tuve que rehacerlos en la mayoría de las ocasiones.


Ahora, cuando he adquirido cierta experiencia y mis trabajos fallidos se elevan a cero, el Dios, cada día, me propone trabajos de mucha mayor complejidad, en los que no solo tengo que demostrar mi habilidad manual, sino también ingenio para, sobre la marcha, desarrollar útiles y herramientas que permitan sacar adelante proyectos para los que no existían las herramientas adecuadas; o, por lo menos, yo las desconocía.


Desde un comienzo, Hefestos y sus colaboradores, de la Fragua, se han preocupado de que ni uno solo de mis trabajos saliese del taller si no tenían una hechura perfecta. Ahora, de vez en cuando, se me permite salir fuera del taller y de la fragua para dirigirme a los lugares de montaje y donde se ponen en pie templos y catedrales con el fin de supervisar los trabajos a pié de obra.


Ese ingenio para sacar proyectos, supuestamente irrealizables, me ha permitido, de forma progresiva, que mi imaginación idee proyectos cada vez más y más complejos, hasta el punto de que ya casi he alcanzado el Título de Maestro Arquitecto; pero ese es un Grado superior que solo podré alcanzar de la Mano de Atenea en la siguiente Escuela de Sabiduría.


Con mis propios ojos he visto como algunos de los aspirantes a maestros eran devueltos a la Escuela teórica de Hermes; en tanto que no demostraron la necesaria disciplina y voluntad de trabajo para desarrollar los proyectos propuestos, por Hefestos, con la máxima eficacia posible y demostrando un perfeccionamiento absolutos.


El Maestro, me dijo Hefestos, "Debe de aprender a ser plenamente consciente de cada uno de los minutos que ocupa en su Trabajo y esto es así, querido Alumno, porque no hay otro camino hacia la perfección absoluta"


En el Taller donde está encendida la fragua de los dioses, se elaboran las ideas cuyo origen está en el Pleroma. Muchas de esas ideas tuvieron su origen, en éste Plano, de forma teórica, en la Escuela de Apolo, Dioniso y Hermes; pero solo ahora, bajo el terrible poder del Fuego del Olimpo, es posible llevar a la práctica dichas ideas; de hecho, es el propio fuego del divino Herrero, el que pone a prueba el resultado de nuestro trabajo. No existe trabajo imperfecto, creado en el Taller, que no sea destruído por el fuego de la herrería y solo el trabajo más perfecto puede superar la prueba del Fuego de las estrellas.


Son siete años los que tenemos por delante para demostrar nuestra valía, pues siete es el número divino de la perfección. Nadie que no haya pasado y soportado la experiencia de estos siete años de arduo, duro y penoso trabajo manual, podrá pasar a la clase magistral de los sabios arquitectos, donde poder alcanzar el verdadero grado del Discipulado Rosacruz.


Aralba R+C