jueves, 16 de junio de 2022

Lección 95, Octavo Grado, Tercera Orden

 "Hablemos de la Suerte"


-¿Buena suerte buscada o habilidad y esfuerzo?-


Por regla general estamos acostumbrados a escuchar que la suerte no existe, que se trata más bien de un tema de búsqueda y voluntad. Y da lo mismo que sea en el mundo descreído de la laicidad como en ese otro tan supersticioso como en el de la New Age. En el primer caso escuchamos que la suerte es una cuestión de atención y esfuerzo y en el segundo de estar alerta para no dejar pasar la suerte cuando ésta aparezca.


Pero, en realidad, la suerte ¿existe, o más bien se trata de una concatenación de circunstancias que puedan o no detectarse con antelación?


La Suerte existe, claro que sí; pero no se trata de aquello que suele creer la gente, es decir, no hay una Entidad caprichosa que haya posado en nuestra espalda su mano derecha con la buena fortuna o la izquierda con una sucesión de tristes desdichas.


Existe un dicho popular que dice: "El Hombre propone; pero Dios dispone". Desde un punto de vista místico podemos decir aquello de que es el ego o personalidad mortal quien propone; pero que es el Espíritu, eterno e inmortal quien dispone.


Definir de qué se trata eso de la suerte es muy complicado y casi me atrevería a decir que imposible; pero sí podemos poner una analogía para que se entienda; pero después de explicar, someramente, en qué consiste eso del Destino. 


El Destino está constituido de dos partes, una escrita en el Libro del Destino y otra, por escribir y que en el ámbito Rosacruz conocemos como Epigénesis. Nuestro Yo Soy, el Espíritu, antes de encarnar y en los planos sutiles, lo que nosotros denominamos como "la Cocina del Destino", programa las líneas generales de cómo será su vida y las experiencias que deberá de afrontar. Esto entre muchas otras cosas; pero se trata de un guión abierto donde estará presente la improvisación. Bien, ésto último es lo que se conoce como Epigénesis y es responsabilidad entera de la Personalidad.


Ahora bien, una vez que el Renacimiento se ha producido, es la personalidad la que toma el control de la Vida y de ella dependerá si el guión se va cumpliendo según el argumento original o termina siendo un auténtico y trágico desastre.


Una vez conocido lo anterior, estamos preparados para entender que es eso de la "Buena Suerte". Digamos, como un mero ejemplo, que existen dos vías para llegar al final del Camino; es decir, el Destino. Uno suave, lineal y sin contratiempos, al menos durante una gran parte del Camino y que podríamos asimilar a un viaje en un carrusel o Tiovivo. Por otro lado, existe un segundo camino que es sinuoso cargado de pruebas y baches que podríamos asemejar a una tortuosa montaña rusa.


Si el Espíritu decidió colocar al ego, en éste último Camino, sinuoso y cargado de complicaciones, la Personalidad, de forma gradual, se va curtiendo con las experiencias fruto de una vida complicada, desde la cuna a la tumba. En estos casos, es fácil de escuchar aquello de "pobre mujer o pobre hombre, no ha tenido una vida fácil, la Suerte no le ha acompañado"; pero, sin embargo, en el caso contrario, al no encontrar el ego, esas dificultades, durante un tiempo prolongado, pueden suceder dos cosas, que se duerma en los laureles y se dedique a vivir y disfrutar de la vida sin preocuparse de nada más, esperando que llegue el final; pero resulta que esa vida afortunada, no solo posee un tiempo de comienzo sino también un final, y ese final suele ser abrupto y mucho más complicado que el que se da en el caso de las personas no tan afortunadas y ¿Que sucede?, Pues que si el ego se ha ocupado de prepararse para los malos momentos, esa ruptura de la buena suerte podrá superarla sin mayores complicaciones; pero si esa preparación fue inexistente, el ego se encuentra en una situación extrema que no será capaz de superar y o se frenará y no será capaz de continuar o, simplemente, se despeñará sin poder llegar a su programado destino. En éste último caso es cuando escuchamos aquello de "La Buena Suerte se le ha acabado".


Por lo tanto, nuestro consejo para aquellos que creen vivir bajo el paraguas de la mala suerte es que tengan paciencia y sigan luchando pues se encuentran, paradójicamente, en el buen camino y en el más fácil de ambos, porque eso de la Suerte o Buena Fortuna posee fecha de caducidad.


¿Por qué utiliza el Espíritu estas estrategias con la Personalidad? Para poner a prueba su coraje y voluntad. Muchos de los que se creen desgraciados no tienen ni idea de la buena suerte que tienen al no encontrarse en el pellejo de aquellos que observa y que viven en la opulencia, tanto de dinero como de placer o salud.


Conocido ésto, solo nos toca desviar nuestra mirada de la vida de los demás y dirigirla hacia el frente, en un punto cercano a nuestro camino y seguir caminando, afrontando las sinuosas irregularidades del terreno; es decir, preocupémonos por y de nosotros mismos y no tengamos en cuenta la "afortunada" vida de aquellos que parecen acompañarnos en el Camino. Es muy probable que el pequeño y sirviente, ahora, termine siendo el grande y señor, alcanzado su dificultoso y trabajado Destino.


Lo hemos explicado de una forma generalizada; pero debemos de entender que eso que llamamos suerte puede venir por partes; es decir, alguien puede tener una vida de mucha suerte que termina rompiendo en un infortunio mortal al final de su Vida, o esa buena suerte puede observarse durante períodos divididos por otros de infortunio.


Para finalizar debemos de indicar que es extremadamente importante trabajar y prepararnos, exhaustivamente, poniéndonos pruebas nosotros mismos, durante los periodos de buena suerte para poder afrontar con éxito los períodos de mala suerte que llegarán si o sí.


Pongamos otro ejemplo para explicar esto último:


Imaginemos a un ego, cuyo Espíritu lo ha colocado en el Camino al que hemos denominado de la Buena Fortuna. El ego tiene la opción de ir haciéndose con un buen juego de herramientas para afrontar, en el futuro, una mala fortuna. Si lo hace así, al llegar el infortunio, tendrá la experiencia y los útiles psicológicos que le permitan superar la terrible prueba final con la que acaba el Camino de la "Buena Suerte". Si ésto no ha sido así, y ha dedicado la totalidad de su tiempo en disfrutar de la vida, conseguir poder o dinero y sentirse feliz, sin ocuparse de las cosas verdaderamente importantes, llegará al final del Camino, igual o peor que cuando comenzó y cuando llegue el infortunio se estrellará y ese ego será destruido por su Espíritu y sustituido por otro en su futuro nuevo Renacimiento.


Por lo tanto, amigo que tan mal lo estás pasando, recuerda que el sufrimiento es algo mental y también que tu esfuerzo y trabajo será, sin duda, recompensado.


Y tú, amigo, que tan afortunado eres y qué hipócritamente, dices que es debida, esa suerte, al esfuerzo que has realizado en tu Vida, te pido que mires dentro de tí y no te engañes. Deja de navegar en la ola de esa supuesta eterna felicidad y reparte con los más desafortunados parte de esa fortuna que gratis te ha llegado por la Gracia del Señor. Ese compartir, ese esforzarte en servir a los demás, serán las mejores herramientas y la mejor experiencia para cuando llegue lo que tiene que llegar, el fin de tu buena fortuna. Y gracias a tu servicio a los demás y al esfuerzo, realizado sin necesidad, será que serás igualmente recompensado. Si ésto no te lo tomas en serio serás desechado y, simplemente, dejarás de existir para siempre y tu Espíritu, sin duda alguna, te sustituirá por egoísta e indolente.


Aralba R+C