miércoles, 22 de junio de 2022

Lección 98, Octavo Grado, Tercera Orden

 "La Fe como fuente de la Gnósis"


-Cuando tener Fe está contraindicado con el mero Creer-


Mientras que Creer supone aceptar un concepto que alguien nos ha contado; sin embargo, la Fe es una experiencia Personal, más elevada que la de la propia Esperanza, aunque menor, como veremos en otra entrega, que el Amor.


Mientras que la Esperanza es algo que se espera, fruto de la Intuición, aunque sin una verdadera experiencia personal, en tanto que la Personalidad aún desconfía de esa vocecita interna que le dice cosas; la Fe salvadora ya es fruto de una verdadera simbiosis de ésta con el Ser Interno.


"Es, pues, la Fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve."

(Hebreos 11:1)


El Libro Pistis Sophia, del gnóstico Valentín, aúna, en el título de su magna Obra, la Fe y la Sabiduría siendo esta combinación la esencia de la Gnósis; es decir del Conocimiento Interior y procedente del Pleroma, del mismo modo que la Filosofía es el amor a la Sabiduría. Muchos creen que tener Fe es lo mismo que Creer profundamente; pero ese tipo de Creencia solo lleva al fanatismo porque es un mero producto de la Personalidad; pero, del mismo modo que la Esperanza era fruto de la intuición, esa vocecita que hemos dicho que no termina de entender la Personalidad; así la Fe es algo inherente al ego que ha sido christificado, asimilado y desintegrado.  Por ello se dice que quien tiene Fe ya está salvado.


Esto es así, porque al contrario que el Creer, que es producto de la Personalidad, así la Fe no procede del ego sino de ese Maestro Interior que se manifestaba, previamente, de forma leve, mediante la Intuición, y que inundaba de Esperanza nuestra Alma; solo que esa voz ya no es un leve y confuso murmullo sino una voz de tenor que se manifiesta alto y claro e inunda a todo el Ser, desde el propio Espíritu hasta la última molécula del cuerpo material.


Así tenemos que las tres virtudes teologales, Fé Esperanza y Caridad (Amor); deberían de expresarse como: primero Esperanza, después Fe y por último Caridad, en tanto que la Esperanza siempre precede a la Fe y ésta al Amor. No significa esto que quien ame de verdad ya no necesite de la Fe o que quien tenga Fe no requiera, ya de la Esperanza, sino que el Amor, como pronto veremos, contiene en sí la Fe y ésta a la Esperanza. Se habla de que: 


"Así también la Fe, si no produce obras es muerta en sí misma"

(Santiago 2:17)


La Fe verdadera, no el Creer, solo puede producir un tipo de obras, el Amor, la Caridad, y quiénes no muestran la Caridad en sus vidas es porque su Fe no es verdadera y ese conocimiento del Maestro Interno, la Personalidad lo intenta utilizar en beneficio propio y de forma egoísta. Aquellos egos que conocen la Gnósis pero no son capaces de amar son magos negros cuya redención podríamos decir que es prácticamente imposible, en tanto que conociendo la Verdad, la conocen ciertamente, sus acciones son contrarias a ése divino Conocimiento y tendrán que pagar un alto precio por ello, su desaparición para siempre.


Las tres virtudes teologales se dan, al unísono, en los seres christificados y es una parte importante del verdadero cristianismo trinitario; cosa que veremos, con más detenimiento, en otro momento. Así, alguien que no ha perdido la Esperanza, que muestra el Conocimiento del Ser Interno; es decir, que tiene Fe, sus buenas obras lo delata; es decir, amar de veras, es la prueba palpable de que nos encontramos en presencia de un Nacido de Nuevo, de una Alma salvada; de alguien que ha pasado por el proceso restaurativo de la Christificación y ha conseguido, en vida, la metamorfosis de la Transfiguración o Resurrección.


En realidad, acabado el Proceso, ya no existe más el ego, aunque su consciencia, memoria y experiencia se hayan preservado. Un Ser con Fe no puede ser alguien ordinario; es decir, un ser humano común, en tanto que conoce, sabe y es consciente de la Gnósis del Maestro Interior; en tanto que es ya, el propio Maestro, el que se manifiesta, de forma íntegra, mediante su Cuerpo y Personalidad transfigurados.


Esto, en el ámbito Rosacruz se conoce como haber alcanzado el verdadero Adeptado; es decir, que se ha conseguido el Grado de Mago. Por favor, a partir de ahora, cuando lean la palabra fe, disciernan si el texto se refiere a esa verdadera Fe que ligada a la Sabiduría conforma la Gnósis de Dios o si, por el contrario, se ha usado el vocablo, de forma errónea, para definir una mera creencia sin valor verdadero.


Aralba R+C