"Debemos de aceptar lo que fuimos y lo que somos"
-Las entelequias del Triunfo y del Fracaso-
Marcos 17:21
"Jesús lo miró, al joven rico, con amor y añadió:
—Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme."
Cuando nacemos, entramos en el Mundo, un Planeta Prisión, estudiamos, aprendemos y experimentamos hasta ajustarnos a las reglas que aquí imperan. Pasado un tiempo, ya en la adultez, comenzamos a coleccionar cosas, mujer e hijos, amigos, poder, casas, autos, relojes, joyas, libros y dinero en los bancos.
Dado el caso, por convencionalismo social, se dice que tal persona es un triunfador; si, por el contrario, no poseyera nada y fuese un solitario sin familia y amigos, ni tuviera un hogar propio donde acojerse, se diría que es un fracasado.
Miren señores, pongamos las cosas en su sitio. En un lugar como éste Planeta Prisión, no triunfa nadie, en tanto en cuanto, todos nacemos para morir. La Muerte, en ese sentido, nos iguala a todos utilizando el mismo rasero, la desaparición de éste mundo.
¿Como podemos entender el hecho de morir?, ¿Como un triunfo, quizá un fracaso?. La vida, el vivirla, no es otra cosa que una colección de experiencias que hemos venido a sembrar y cosechar. Esas experiencias, el mundo profano, puede tomarlas como quiera, como triunfos o como fracasos; pero siempre serán un triunfo, pues se habrá conseguido lo que se deseaba, una mochila cargada de experiencias que llevaremos, con nosotros, fuera del Planeta Prisión, a nuestro Hogar de origen.
Ni el nacer en una familia humilde y sin posibles es un fracaso del Espíritu a la hora de elegir su entorno de vida, ni el morir supone un fracaso de la vida, sino todo lo contrario, la muerte es como un umbral, un portal que nos conduce a nuestra verdadera Vida, después de una suerte de verdadera muerte breve, o coma, que la vida en éste Mundo es.
Por lo tanto, hablar de triunfo o de fracaso, de triunfadores y de fracasados es una supina imbecilidad producto de la ignorancia. El verdadero fracaso consiste en coleccionar cosas, apegos que, en última instancia, nos dificulte, emocionalmente, el tránsito de la Muerte hacia nuestro verdadero Hogar.
Por lo tanto, Querido Amigo, nunca envidies a quienes mucho poseen, ni te afanes por tener lo mismo o parecido a lo que esos otros poseen. Siente más bien lástima, o mejor aún, no sientas nada, las emociones también pesan, solo indiferencia, porque a mayores posesiones mayor dificultad y sufrimiento a la hora de abandonar éste Planeta Prisión.
Cuando vuelvas a escuchar lanida expresión de fulanito ha triunfado en la vida o aquella otra de setanito es un fracasado, calla y sonríe, conociendo lo que ahora tú ya sabes. Esas expresiones, en conversaciones sean formales o informales, solo demuestran ignorancia respecto a de qué va esto de la Vida. Venimos aquí a acumular una suerte de determinadas experiencias. Si, en lugar de ello nos dedicamos a coleccionar personas, objetos y poder, no es que hayamos fracasado; pero sí que habremos estado poniendo piedras delante de la puerta por la que deberemos de pasar, lo que nos dificultará, extraordinariamente, la salida; por el contrario, si solo llevamos con nosotros nuestra colección de experiencias, sin nada ni nadie que nos ate a éste Mundo, el tránsito será rápido y menos doloroso, sí, porque las experiencias pesan menos que el aire.
Llegados a éste punto, yo te pregunto a tí mi amigo. ¿Quién consideras que ha triunfado o fracasado en esta Vida?
Aralba Pensator Minister, Frater R+C
