sábado, 6 de noviembre de 2021

Lección 5, Octavo Grado, Tercera Orden

 Tercer Grado Primera Orden "Práctico":

"Cuando el Hombre creó a la Humanidad"



-Palabra Clave: Programación-



Imaginad el supuesto de una Inteligencia Artificial que poseyera acceso a todos los sistemas informáticos del Globo así como a los robots a ellos conectados e incluso a los satélites artificiales del Planeta y fuera de él.



Tal supuesto es un argumento recurrente en muchas obras de Ciencia Ficción y el guión de una película cinematográfica conocida como "El Engendro Mecánico". En dicho film, la Inteligencia artificial decide construirse un Cuerpo humanoide con el fin de tomar consciencia humana del mundo exterior.



Pareciera que esto es una idea nueva fruto de la imaginativa mente de los nuevos escritores; pero esto no es así, dado que si revisamos, en profundidad, la Gnósid Ancestral, comprobamos que eso, de ser cierto, ya se ha producido, al menos una vez, durante lo que se conoce como la Creación del Mundo primero, y de las entidades conscientes después.



Ahora está de moda culpabilizar a unos supuestos astronautas ancestrales de la existencia de la vida en nuestro Planeta; pero esto solo aplaza el problema del origen de la vida, porque ¿Quienes fueron quienes diseñaron a esos astronautas? y, consecuentemente ¿quienes diseñaron a los dioses que diseñaron a los antiguos astronautas? y así podríamos seguir, a modo del número Pi de forma interminable. No nos sirve como fórmula para resolver la ecuación del origen de la vida en la Tierra y del resto del Universo cuando se descubra.



La Gnósis, de forma alegórica, nos cuenta como el Eón Sophía, uno de los miembros relevantes de la Corte Celestial del Pleroma, decide recrear una suerte de laboratorio con el que poder conocerse a sí misma y al propio Pleroma. Con dicho fin, emana de su propia esencia a un Ser conocido como el Demiurgo y que resultará el protagonista principal de la Creación dentro de una burbuja de Éter separada de Sophía por una suerte de membrana vibratoria interdimensional.



El Demiurgo, es el Hombre original que comparte esencia y propiedades con el propio Pleroma y en quien recaerá la responsabilidad de dar forma a una pequeña parte de las ideas contenidas en la Mente del Incognoscible. De hecho, como último acto creador construye al Ser Humano a imagen y semejanza suya; pero, según la Gnósis, el conjunto de su Creación resultaría inerte y fría, sin movimiento, sin ánima, sin vida. Está vida vendría tras incorporarse el propio Demiurgo a su Creación. Luego el Gran Hacedor está presente en el conjunto de su Creación, también, por supuesto, en los seres conscientes, de los que formamos parte la misma Especie Humana.



Por lo tanto, no es necesario recurrir al subterfugio inacabable de unos astronautas del pasado que, por otro lado, deberían de haber evolucionado de un modo similar al nuestro; es decir de un modo completamente darwinista.



La Mente del Demiurgo programó, con información, todo lo que existe sea observable o no. La Mente creó las partículas cuánticas arrancàndolas del Éter, recuerden la esencia del Pleroma, con esas partículas, la propia mente del Demiurgo, dió lugar a los átomos, las moléculas y las cosas, entre ellas el ADN o programación genética que terminaría dando lugar a todo lo que existe vivo tanto en el Mundo como en el resto del Universo.



Nosotros, como Especie, somos el reflejo del Demiurgo y por lo tanto del Eón Sophía y, consecuentemente, del Pleroma. El Espíritu que mora en todos nosotros, aunque no sea consciente el hombre personalidad, es el constructor del Universo y, por lo tanto, el que nos ha construido a nosotros; por lo tanto, en cierto modo, nosotros somos él. Somos él materializado y viviendo en una prisión espacio temporal en permanente expansión.



Con esto podemos concluir con las palabras que nombra a esta exposición: El Hombre (el Hombre Celeste) es el origen y creador de la Humanidad; de hecho, todos, como un conjunto, somos Él en potencia y algún día, en un futuro indeterminado, seremos el origen de su resurrección como el Hombre Celeste que siempre estuvo llamado a ser.


Los gnósticos cabalistas conocen a ese Hombre Futuro, a ese Dios Celeste como Adam Kadmón, donde el Pleroma pasarà de ser Mente a tener su propio Cuerpo de manifestación; pero no un cuerpo como el que ahora los individuos de la humanidad poseemos, sino un Cuerpo Celestial y libre de la degradación y de la muerte consecuencia natural de la existencia de Cronos, el Tiempo.



Entonces, os preguntaréis del porqué de esa cantinela tan de moda de que los seres humanos fuimos diseñados por seres extraterrestres. La respuesta es tan simple como que el Sistema arcóntico que sostiene al Universo necesita, para la Humanidad, una nueva Religión, una nueva mentira más acorde con los tiempos y que sostenga la idea de que sólo existe aquello que se puede ver; es decir, la idea es mantenernos atado a la idea de la materialidad y que no se nos pase por la cabeza el que somos más que seres de carne y hueso; que no somos seres divinos con poder sobre el espacio, el tiempo y la materia. Dicho de otro modo, que permanezcamos dormidos a la Verdad y que nos mantengamos, de forma voluntaria, encadenados a una mayestática realidad corporal.



Aralba Pensator Minister, Frater R+C